lunes, 20 de febrero de 2012

Quizás España nunca fue bien.

En un reciente viaje a Francia, un representante me comentaba que lo bueno de España es que al menos había aprovechado a crecer cuando tocaba frente a la atonía del entorno europeo. Estaríamos hablando del milagro de la economía española de finales de los 90 hasta a 2008. Pero ¿Fue tal? ¿Existió? Según Jordi Maluquer en un demoledor artículo de El País , este boom no fue tal y se ciñe para demostrarlo no a los datos macroeconómicos de crecimiento del PIB (Dopados por un crecimiento demográfico sin precedentes fruto de una masiva inmigración...) sino por la tabla de crecimiento de la productividad per cápita. Echen un vistazo abajo:


Sí, España creció pero a costa de aumentar su población no porque fuéramos capaces de ser más productivos o competitivos. Por cierto, ese repunte de la productividad que se observa es un efecto perverso de una contracción brutal de la población ocupada que se traduce en un aumento inevitable de la productividad. Espejismos de la estadística, vamos.

La nueva reforma laboral del Gobierno va intentar ganar competitividad por un descenso de los salarios ante  la posibilidad de renegociar con los trabajadores y el miedo ante la posibilidad de un despido más barato. Quizás funcione para desatascar la economía pero a un coste general de empobrecimiento masivo de la clase trabajadora. Sigo pensando que sería más adecuado salirnos del Euro para empobrecernos relativamente y mejorar de forma inmediata nuestro déficit exterior y nuestra balanza comercial. Pero ya saben, ningún político va a querer pasar por ser aquel que sacó a España del Euro.

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