domingo, 9 de octubre de 2011

¿Hércules CF como síntoma?


Posiblemente yo sea el primer sorprendido de escribir este post pero la impresionante regeneración que está experimentando el equipo de mi ciudad: el Hércules CF, no me deja otra opción.

El Hércules CF subió a la primera división la temporada pasada. Habían sido muchos los años de penurias en 2º y en 2ºB y la ciudad ansiaba poder volver al equipo de su ciudad jugando en la máxima categoría. Las expectativas eran altas y un más que respetable inicio de campaña culminado con una increíble victoria al FC Barcelona hizo que cundiera un desmedido entusiasmo. Meses después el Hércules CF descendía a Segunda División dejando por el camino un entrenador cesado un equipo roto, una afición desmoralizada y multitud de episodios grotescos que es mejor no recordar.

¿Que había pasado? Pues sencillamente que un proyecto ambicioso y elefantiasico construido a golpe de chequera se había venido abajo. Se había forzado la búsqueda de refuerzos mediáticos en detrimento de intentar potenciar un grupo que, de todos modos, si ahora echamos la vista atrás, también podemos llegar a pensar que quizás ya había concluido un ciclo deportivo.

Los augurios para esta nueva temporada no eran buenos y no porque los nombres de Mandiá (Entrenador) o Don Sergio Fernández (Director Deportivo) no despertaran sensaciones positivas sino más bien por ese proverbial malditismo que ya nos abocaba a un descenso a la Segunda División B. Patiment Forever.

Y así comenzamos la temporada cargados de dudas y miedos que se han ido disipando jornada tras jornada. A día de hoy el Hércules vuelve a ser líder de Segunda División y es un claro candidato al ascenso. La suerte sin duda nos ha acompañado pero se nota que el club se está gestionando de otra manera y sin caer en la tentación de recurrir a grandes fichajes sino primar la contratación de gestores profesionales y dejarles hacer ( Aunque esto último está por ver tras unos misteriosos e inexplicables incidentes acaecidos que precipitaron la salida de algunos directivos tras las injerencias de la propiedad, es decir, Enrique Ortiz). Nada de estridencias, nada de estrellitas sino un equipo compacto que se dedica a jugar al fútbol bajo la atenta batuta de un inspirado Mandiá.

Con la que está cayendo en una ciudad asediada por las malas noticias en todas sus variantes: paro desbocado, recortes presupuestarios, cajas de ahorro que desaparecen, directivos sin escrúpulos, alcaldesas implicadas en casos de corrupción, presidentes de diputación implicados en casos de corrupción, presidentes de clubs de fútbol acusados de amañar partidos, etc... Da gusto ver que algo sale bien y por las razones correctas, y no por la pólvora hueca a la que tan acostumbrados nos tienen por estas tierras. Que dure.

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