domingo, 11 de abril de 2010

La maldición de Katyn

Propaganda nazi de la masacre de Katyn.


Inmerso en la lectura de la saga Canción de Hielo y Fuego me topo con la trágica noticia del accidente aereo de la cúpula de Gobierno polaco y no puedo evitar verla con cierto prisma de saga fantástica en su faceta más siniestra.

En 1939 los dos regímenes más totalitarios que ha conocido la humanidad, la Alemania Nazi y la Unión Soviética de Stalin sellaban un pacto "anti-natura" por el cual decidían repartirse el país de Polonia. La invasión de aquel país iniciaría la Segunda Guerra Mundial que supondría el mayor conflicto de la historia de la humanidad. En los siguientes cinco años, 50 millones de personas fallecerían a lo largo y ancho de todo el mundo pero dentro de la amplia y extensa escala de sufrimiento, Polonia siempre representó una cota muy destacada.


La IIGM empezó en Polonia. El país sufrió la represión extrema de los nazis y los soviéticos. Fue escenario de una ocupación terrible que albergó horrores como el campo de concentración de Auschwitz. Sufrió la cruenta reconquista soviética que llevaría a la toma de Berlin y de propina quedaría sometida al Telón de Acero que dividió Europa hasta 1989


Si los crímenes de nazismo en Polonia fueron rapidamente reconocidos no pasaría lo mismo con la matanza de Katyn que atribuida a uno de los vencedores de la IIGM quedaría interesantemente escondida, al igual que la traición de Stalin cuando decidió pactar con el Fascismo, en las brumas de la historia.


Ayer como si la magia negra de los Reyes Nigromantes de Este y Oeste, Hitler y Stalin, siguiera presente, las nieblas del bosque de Katyn engulleron a los máximos dignatarios del país que los imperios soviéticos y nazis destrozaron hace unas décadas. Trágico epílogo para la historia de un país al que no se le permite ni reconciliarse con su pasado.
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PS: Aunque visto lo visto en España no hacen falta catástrofes aéreas para impedir que un país se enfrente y entierre a sus fantasmas, sino la civilizada connivencia de un Poder Judicial. No por ellos deja de ser tampoco menos siniestro.

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