sábado, 24 de abril de 2010

Ilógicas electorales

Documentándome sobre mi proyecto de guía de estrategia del videojuego L4D2 que va a ser el equivalente ludópata del revolucionario "La infanteria ataca" de Erwin Rommel, descubro el blog de un señor que es capaz , no sólo de conseguir el logro del Gnomo en el dichoso videojuego, sino que ademas firma un brillante análisis sobre la psicología electoral aplicada a la campaña británica.
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Seguro que el colorario que el autor recita sobre ciertas actitudes electorales les suena:
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"1. I like the Liberal Democrats.
2. But I really hate the Conservatives.
3. Since the Liberal Democrats never get in, I should vote for Labour to ensure the Conservatives won’t. "
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Que traducido de forma exprés se podría leer así:
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1. Me gustan los Liberales Demócratas
2. Pero realmente odio a los Conservadores
3. Pero como los Liberales Demócratas nunca van a ganar, debería votar a los Laboristas para que los Conservadores no ganen.
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Permuten los nombres por PP, PSOE, IU y UpD a su gusto y ya tienen la ecuación mental que a muchos nos aparece en la cabeza en tiempo de elecciones.
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Pero volvamos a UK y a este blogger que primero reconoce que si uno se deja llevar por esta secuencia de pensamientos puede acabar atrapado en lo que se ha venido en llamar la Paradoja del Camaleón ante el Espejo: ¿ De que color es un camaleón ante un espejo ? . ¿ Cómo reacciona el individuo cuando actua en función de como cree que va a actuar la masa y como esa masa acaba finalmente comportándose ? ( De pequeño a mí siempre en las Operaciones Sálida me asaltaba una paradoja similar. Si todo el mundo cree que va a haber tráfico el día que empiezan las vacaciones y retrasara su salida un día después, ¿ no se produciría el mismo tráfico al día siguiente ? ¿ Y aquel que saliera como siempre no tendría las carreteras despejadas ? Pero claro si se llega a esa conclusión, todos salimos el día que empiezan las vacaciones y vuelta a empezar... ad infinitum...)
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El autor reconoce que básicamente hay 2 planteamientos:
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1. Admitir la futilidad del voto individual y emitir el voto de la opción que quieres genuinamente que gane.
2. Volverte loco y creerte que tu voto puede ser una caja de resonancia colectiva que puede suplantar e interferir la voluntad popular y que en consecuencia debes adulterar tu intención de voto consecuentemente.
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Al final el autor concluye que realmente no importa a quien votemos o dejemos de votar pero por lo menos que lo hagamos siendo más conscientes de como funcionan nuestros mecanismos mentales. Sin duda, uno de los mejores textos que he leído en mucho tiempo en un blog que es todo un descubrimiento.
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Y de propina, un vídeo de la canción de Parade "El último hombre vivo" que conjuga de forma genial (Redundancia) todo lo que arriba comentamos, en particular con esa estrofa "Ya no volveré a votar/son millones contra uno/todos los votos son suyos/el partido de los zombies/ ganarán los zombies/ y yo no quiero hacer lo que hacen los demás/no quiero ser un zombie"


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