lunes, 14 de diciembre de 2009

Go Tiger Go !


Tiger Woods se había convertido en el embajador de diversas marcas, y no sólo deportivas. Empresas como la consultora Accenture habían confiado en el deportista para reforzar su imagen de marca. Control, autodisciplina, precisión, eficiencia, ambición, superación, liderazgo, etc... Todo esos valores supremos, inalcanzables para el resto de los mortales, los encarnaba un desafiante Tiger Woods

Sin embargo, a la postre se ha demostrado que el golfista ( Me abstengo de hacer el juego de palabras...) compartía miserias mucho más terrenales de lo que podiamos imaginar: promiscuidad, compulsiones sexuales, engaños familiares, supuestas adicciones, etc... Nade eso le hace un peor golfista pero la imagen de SemiDios que nos querían vender ha quedado irreversiblemente dañada.

Tiger Woods se convierte al mismo tiempo en síntoma y metáfora de nuestro tiempo. Aquella economía que desafiaba las leyes de la gravedad, que cosechaba cotizaciones y revalorizaciones record, que fundaban un nuevo Olimpo económico inmune a ciclos y crisis no resultó ser más que producto de la connivencia de un atajo de desaprensivos como Madoff o los Hermanos Lehman, con un innato talento y habilidad, más cercano a la charlatanería, que a la planificación estratégica, a la visión o la sofisticada ingeniería económica. Detrás de la calculada imagen de estas deidades, como en el caso de Tiger, no hay más que unos hiperdesarrollados instintos primarios transvestidos como sofisticada Consultoría 2.0 o Valores New Age. Se ha hablado mucho de Economía de Casino pero visto lo visto, ni eso, no se pasa ni de Economía de Burdel o de maltrecho club de Swingers.

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