martes, 30 de junio de 2009

De corruptelas, elecciones, narrativas y actores de segunda.


Uno de los axiomas más manidos por periodistas y politólogos ha sido que la corrupción al final siempre pasa factura. Los casos de corrupción son como rocas ocultas por los vaivenes de la marea política pero que en cualquiera de las bajamares pueden quedar al descubierto y llevarse por delante el casco del navío. Si se fijan en relación a la trama Gürtel y derivados y la posición de Mariano Rajoy son muchos los que no dejan de advertir que si no se actua con contundencia, puede quedar dañada irreversiblemente la imagen del partido . ¿ Pero esto es verdaderamente así o simplemente un meme que repiten los periodistas para concluir sus columnas e intervenciones ?

Recientes resultados electorales parecen demostrar que las acusaciones de corrupción pueden llegar a reforzar ciertas posiciones en vez de debilitarlas. Las más que fundadas sospechas de corrupción en las pasadas Europeas y su ninguneo por parte del Partido Popular no han supuesto un deterioro en absoluto de sus resultados electorales, de hecho en algunas regiones hasta se ha crecido. Las consecuencias políticas de este fenómeno pueden llegar a ser devastadoras. La presunta corrupción no solo puede llegar a ser inocua sino que hasta puede jugar un rol beneficioso en la movilización del electorado propio que la utiliza para cerrar filas frente al enemigo exterior.

Sin embargo quizás los resultados electorales requieran un análisis mas sosegado. Hace poco en un reciente post micronesio, se resaltaba la importancia de lo simbólico y lo bien que esas bazas se habían jugado en la Comunitat Valenciana. Una mezcla de regionalismo, victimismo, triunfalismo y autopropaganda han creado un sentimiento de épica en parte de los votantes. Si ha habido 2 Comunidades que han jugado a fondo con ese programa han sido Valencia y Madrid, justo las dos salpicadas por casos de corrupción y donde una combinación de lo anterior ha proporcionado unos resultados excelentes en los últimos años con un factor común que resaltaremos más adelante.

Para mí esta predominancia de lo simbólico engarza con el pensamiento Neocon straussiano según el cual los ciudadanos no se movilizan por factores racionales o actuan como ciudadanos utilitaristas, los ciudadanos necesitan sobretodo una narrativa, un relato, una fantasia psicosocial que puedan vivir y proyectar con una componente emocional. Esto es algo que Reagan como Presidente de los USA llevó hasta el paroxismo cuando protagonizó el rearme moral de los USA frente el Evil Empire. ¿ Es casual que Reagan fuera actor ? ¿ Lo es que lo sea también Schwarzeneger, Gobernador de California ? Los 80 demostraron que en Política era necesario una nueva escenificación que fuera más allá del gestor burocrata eficaz y que mejor que un actor, profesional o no, para representar un papel y contar una historia . Pero ojo está claro que esta teatralización no es exclusiva de la Derecha, pero quizás ellos hayan sido quienes mejor han representado estas fábulas hasta la fecha.

Yo insisto que en el caso de Madrid y Valencia hay un factor común y este no deja de ser otro que el anticatalanismo, tan agudizado tras todo el proceso del Estatut. Calma, calma, no se lancen contra mí que igualmente el antiespañolismo total o parcial ha dado jugosos réditos políticos en Cataluña y País Vasco y ha configurado otras narrativas igual de ficticias.

Conclusión: Mucho me temo que en la indómita narrativa del PP en algunas Comunidades se ha desarrollado una inmunidad a las acusaciones de corrupción pero contrariamente sí que pienso que la ausencia de reacción y el sonrojante mutismo de Mariano Rajoy podrá pasar factura en otras regiones y Comunidades Autonómicas con otras narrativas políticas y donde el PP no goza de ese aura mística de misión nacional-regional sino más bien de todo lo contrario . Creo que el caso Correa, Bárcenas y Bigotes en Cataluña, País Vasco, Navarra, y si me apuran Andalucia sí que puede generar una inquietud sobre las prácticas de los Populares que pueden resultar fatales en las próximas Autonómicas o en las Generales, gentileza del Sistema d'Hondt. Y sí quizás sigan arrasando en Madrid y la Comunitat Valenciana donde los Barones regionales , acomodados en su poltrona autonómica, le agradecerán a Rajoy que haga la vista gorda con baños de masas diseñados a medida como el traje de un sastre de Milano pero también puede que muchos militantes y potenciales votantes de otras regiones acaben dándole la espalda . Aunque claro con la que está cayendo y el Gobierno tan en precario, no se extrañen si todo cálculo e interpretación política, y mucho más las míos, dejan de tener validez.

3 comentarios:

Mycroft dijo...

A mi lo que me asusta es que Camps parece casi peronista... No es ya ni pepero... La derecha concebida como una red de intereses, aliados estratégicos, y redes clientelares, y luego el discurso chiripitiflautico que toque (Copa del america, bla bla bla...)

Mycroft dijo...

Por lo que citaba yo del artículo de De la torre: La corrupción solo pasa factura si hay un oponente fuerte. Menem ganaba elecciones.

Paolo2000 dijo...

Efectivamente el PP de la Comunitat Valenciana va por libre pero como a Madrid le aporta sus buenos escaños y le da poder autonomico al PP pues Camps tiene bula para hacer y deshacer y sentirse inmune el y los suyos a cualquier escandalo politico... No va a haber injerencias desde Madrid a esta adaptacion local del PP...

Sigo creyendo que electoralmente dentro de la Comunitat valenciana el sistema no muestra signos de desfallecimiento alguno ni mucho menos pero en otras regiones las reacciones pueden no ser tan bondadosas y que opinen que el poder en manos populares puede degenerar en una orgia de despilfarro y corrupcion...